El uso de estos dispositivos electrónicos, día a día invaden un poco más
nuestras vidas. Mi vida, tu vida, nuestras vidas, están ahí en medio de nuestras
interacciones. No es que me moleste que
existan , de hecho soy de las que tiene un celular con internet y usa Ipad,
hago esta aclaración para dejar en claro que no pretendo enmascararme de una
snob anti tecnología.
Pero sí hay algo que no termina de hacer ruidos adentro de
mis neuronas. Es el simple hecho que asumamos estos dispositivos como “parte de”…
como elementos indispensables, como aparatos de uso cotidiano, acompañantes infaltables
en nuestros bolsillos, en el whatsup que irrumpe en medio de las clases, como
los computadores y el internet que indudablemente están en nuestras casas. Son
esos supuestos, esos invitados permanentes a nuestras cotidianidades, los que
golpean adentro de mi cabeza… Entonces pienso: ¿Por qué? Por qué hemos asumido
que así debe ser, por qué hemos abierto nuestras vidas así, por qué nos hemos
esclavizado de tal manera. No es que plantee tampoco que soy una dependiente,
de ninguna manera, mi uso de esos dispositivos obedece más bien a muchos eventos
“casuales”, pero que de casualidades
también hemos encendido la televisión y hechos hecho unos cuantos click, y
nuestras vidas aparecen desnudas en internet. Entonces siento que a veces merece
la pena preguntarse el por qué, oponerme al menos por una pequeña declaración
de principios, por un deseo de no querer que la tecnología me inunde, me ahogue,
quiero al menos darme cuenta, hacer una pausa e incluso a veces decir BASTA!,
botar el celular, apagar las luces e irme caminando, no sé pa dónde, sólo irme
¿vamos?…
Toda esta reflexión, un poco trillada tal vez, porque lo que
planteo no es nada nuevo, tiene un sentido, y es que otra vez (otra vez más)
HAY que escribir de la sesión pasada de Creatividad.
El Martes pasado hicimos una adaptación a un mouse –de esos que hacen
click- para que con un cablecito y una esponja al otro lado, se pudiera hacer
el click presionando la esponja. Desde una primera impresión uno diría que
carece de lógica tener el botón fuera del mouse, o en otro mouse. Y bien, uno
piensa eso porque puede gozar de una motricidad que nos permite usar esos
aparatos “normales”. Pero ¿qué pasa entonces con los niños que no tienen tanto
control motor? Qué pasa con esas
personas que la única parte de su cuerpo que pueden mover es su mentón, o que
el movimiento de sus manos se ve limitado por déficit neuronales, lesiones
medulares (o quizás cuántas cosas con nombres medios médicos que a mí me dan un
poco lo mismo) qué pasa? …. Pasa que la mayoría de las veces se tienen que
restringir a no acceder a estos dispositivos, pasa que hay una sociedad
normalizadora, pasa que muchas veces no pensamos en ellos, pasa, pasa pasa… Y
sigue pasando. La invitación como Terapeutas Ocupacionales es precisamente a no
permitir que pase, sino que reaccionemos, que creemos entonces adaptaciones
para que con la esponjita puedan hacer click e ingresar a ese mundo virtual,
del que tú y yo somos parte (en parte podríamos decir que facilitamos el acceso
a esa esclavitud, no lo tengo tan claro….
Pero a mí me pasa entonces que si esa dimensión que cuestiono, que repudio
incluso a veces… Si esa dimensión puede abrir sus ventanas para permitir las
sonrisas de esas personas, para lograr incluirlos, para entregar unos juegos,
unos instantes de diversión. Es ahí, cuando me da lo mismo la reflexión de
antes… Porque entonces esto SI tiene sentido, o al menos a mí me hace sentido
{aunque no haya gustado la expresión creativa (?) ni los sistemas electrónicos que
eso conlleva}.
Hola, más allá de los resultados,era importante que conocieras las posibilidades de la profesión.
ResponderEliminarTus textos son buenos y la gráfica de tu blog es excelente.
Saludos